Este Blog, nace inspirado en un artículo del mismo título, publicado por Paco Muro, Consejero Delegado de Otto Walter para España y Portugal, en el año 2003.

martes, 29 de marzo de 2022

Andar cuando se espera

Gustave Flaubert decía “Hay que esperar cuando se está desesperado y andar cuando se espera”. Me parece una interesante forma de expresar cuan opuesta puede ser nuestra reacción ante el tipo de incertidumbre. 

Cuando aún estaba en el Instituto, una amiga me dijo que las pequeñas batallas que libramos en nuestra adolescencia son las que nos preparan para las grandes que se presentaran en la madurez. Tengo muy presentes aquellas palabras, es tan cierto que esas pequéñas batallas nos preparan como que nunca dejan de aparecer. Valorarlas como pequeñas o grandes, depende de su gravedad vital y de nuestra experiencia. Con el tiempo aprendes que por muy dura que la vivencia sea para nosotros, siempre existirá una siguiente para superarla en intensidad o simplemente para sorprendernos de nuevo. Así la vida pasa y vamos aprendiendo a enfrentar lo que llega sin ser siempre conscientes de que lo único que realmente está en nuestras manos es el decidir cómo afrontarlo. Que a veces esas vivencias nos desborden es natural, el trabajo a hacer está en tratar de no perder la perspectiva, en dejarnos acompañar y en focalizarnos en el aprendizaje. Parece que afrontarlo así sea de superhéroes, sí, es que lo somos. Para cada uno, nuestra batalla es el centro del mundo. Sin duda hay que lucharla para ganar,  pero también  hemos de permitirnos caer si la perdemos. En ese momento empieza la verdadera lucha, en el que se ha de tener la cabeza fría para poder decidir cómo  afrontarla. 

Cualquier batalla es un proceso que por lo general va acompañado de esperas y ese saber esperar tampoco es tarea fácil, es un logro que sólo se alcanza con el tiempo, la experiencia y especialmente con el trabajo en una misma. Para ciertas situaciones hemos de recuperar el aquí y ahora adolescente y conseguir centrarnos en él sin permitir que la mente nos traslade a un futuro inexistente en el que perderemos toda la energía.  Es justo ahí donde la incertidumbre se convierte en un monstruo poderoso e infalible que va a desgastarnos sin compasión. 

No olvidemos que en el hoy están la fuerza y el empuje de la espera. Aunque difícil, es necesario aplicar el ejercicio de focalizar la atención en lo que suma porque ese es el trabajo con una misma que te permite llevar mejor la incertidumbre mientras avanzas, es el andar mientras se espera. Aunque a veces lo que empezó siendo una ventaja con el paso del tiempo se vuelva una contra, la vida continua avanzando y por ello debemos hacer un gran esfuerzo de autocontrol de las emociones, debemos tratar de aplicar serenidad y mirar lo que sucede desde diferentes perspectivas. Servirá también dialogar con nosotras mismas y enviarnos mensajes positivos sin perder el punto de realidad que sitúa nuestros pies en el suelo. De ello depende que nos focalicemos en la oportunidad para seguir caminando en alguna dirección, o por contra,  en el aún incierto resultado que probablemente nos paralizará. 

En definitiva, la clave está en la  actitud positiva frente a la adversidad. Es la que nos permite seguir girando con el mundo y jugar las cartas que nos van llegando. El camino es largo y sinuoso, así que intentemos focalizarnos en la oportunidad y dejarnos acompañar, porque andar cuando se espera hace que no perdamos de vista la luz del sol hasta el último segundo del día.