Este Blog, nace inspirado en un artículo del mismo título, publicado por Paco Muro, Consejero Delegado de Otto Walter para España y Portugal, en el año 2003.

lunes, 4 de marzo de 2013

La Escuela no estaba tan Mal como la pintaban

La responsabilidad de educar a los hijos es tarea primera e indiscutible de los padres. Es en casa donde empieza, donde continua o donde termina todo.

Resulta abrumador oír a padres trasladar esa responsabilidad a la escuela. Muchos no han entendido que se trata de una tarea compartida, que se trata de trabajar en equipo. Y perciben la escuela como un enemigo que pretende anular a sus hijos.

Esa es una realidad triste para el profesorado. Como también lo es constatar, que cada cambio político comporta un cambio en la escuela.  Que desde la política también se le hace responsable de todo lo que los jóvenes hagan. No,  esa es una visión parcial de la realidad...la realidad bajo una visión sistémica, como no debería ser de otra forma,  relaciona cada subsistema con el todo: relaciona la escuela, la familia, los amigos y  la sociedad, con el niño. La interacción de todo ello, hace del niño o niña, del joven, la persona que es y la persona que será.

Cansa escuchar las noticias y oír que los informes hablan del fracaso escolar. Pero no hablan del fracaso social, o del fracaso político, del fracaso de  un modelo que nos plantea la política y desde el cual sus  responsables, los políticos, no hacen autocrítica.  Culpan a la escuela, echando para variar balones fuera. Culpan al profesorado e incluso a los padres, pero no hacen autocrítica. Y en lugar de buscar el consenso en las distintas ideologías, hacen cambios constantes en la Ley de educación, generando un sistema  inestable y completamente absurdo.  Bastante hacen nuestros jóvenes con capear el temporal de los cambios, bastante hace el profesorado con seguir educando a pesar de todo.

No puede ser que por defecto, el profesorado no tenga el respaldo de las familias. Muchos padres de los que critican la escuela, encuentran en esa crítica  la excusa perfecta a su incompetencia. Sí, la escuela no es perfecta, pero aquellos padres que piensan que sí  son perfectos, deberían hacer también autocrítica. Porque no llegamos a todo, esa es la verdad, pero tampoco podemos trasladar la responsabilidad de educar a nuestros hijos a los demás, porque la base sólida  de lo que serán  se hace en casa, nos guste o no y  tengamos más o menos tiempo para dedicarles. No es la cantidad de tiempo lo que vale, si no la calidad.

 Y cuando nuestros jóvenes salen a la calle, no se encuentran el panorama alentador que ofrece la escuela a pesar de todo, se encuentran con políticos corruptos que no dan ejemplo de lo que predican. Se encuentran sistemas corruptos en los que los que estafan salen impunes.

Se dan cuenta de que en la escuela no ocurría esto, si no que cuando algo hacías mal, había una consecuencia. Todos los valores que tanto se han trabajado en el colegio, parecen perderse al salir de él.   Bien triste es para nuestros jóvenes darse cuenta de que al final, la escuela no estaba tan mal como la pintaban.