Este Blog, nace inspirado en un artículo del mismo título, publicado por Paco Muro, Consejero Delegado de Otto Walter para España y Portugal, en el año 2003.

viernes, 23 de octubre de 2009

La dimensión del tiempo

El tiempo no pasa igual según lo que vives....si estás triste suele sentirse lento y si estás feliz, parece ir rápido. La cuestión común es que todos solemos decir que pasa rápido. Sólo recuerdo haberme aburrido de niña, pero entonces no sabía que con la edad, ya no tendría el privilegio de aburrirme...ahora en ocasiones quisiera que todo fuera más lento, quisiera inmortalizar ciertos momentos, no dejar que acabaran...pero acaban. Me alegra tener la conciencia de que no quiero su fin, si mientras los vivo, los exprimo. No quiero que llegue un día en el que mirando atrás, pueda llegar a decir..."debí aprovechar aquel momento..." No sé si eso ocurrirá, han de pasar aún muchos años supongo.
Por ahora, soy dueña de mi tiempo, y vivo siendo consciente de lo que hago o de lo que dejo de hacer. Durante unos años mi lema fue "Carpe Díem". Ése pensamiento sigue ahí, hasta cuando me permito el lujo de perder el tiempo. La dimensión del tiempo es única e intransferible, cada uno lo percibe de modo distinto...yo siempre corro. A veces alguien me devuelve a la realidad y me dice "¿a dónde vas con tanta prisa?" y me detengo por unos instantes descolocada...Es verdad, ¿a dónde voy? ¿quién tiene la respuesta a esa pregunta?...pero sí,...que yo corra o que no corra, no hace pasar el tiempo más lento, ni más rápido. Sólo es mi sensación. Su dimensión sólo depende de mi. Antes de trabajar en la escuela, un minuto era poco tiempo. Ahora que trabajo en ella, he entendido el valor de un minuto, y es mucho tiempo.
Ubica ése minuto en tuvida. Y díme si no tiene valor. Ése minuto en que te despides de tus hijos, de tu marido, de un familiar...ése minuto que te hace coger o perder el tren, ése minuto en que tu silencio evitó una discusión o que te llevó a ella....La dimensión del tiempo depende de ti.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

No vemos las cosas tal como son, si no tal como somos

La percepción de las cosas depende de nuestras experiencias previas. Y por tanto no hay una verdad única en relación a nada. Todo lo que hacemos, todo lo que experimentamos tiene un sentido único para cada uno. Tener la oportunidad de compartirlo es una suerte y tener la oportunidad de ser comprendidos, un privilegio.



Cuando una "verdad personal" es compartida abrimos la puerta a los matices que aporta el otro. En cambio, cuando no la compartimos estamos privándonos de mejorarla o de desmentirla. Puede ser una falsa verdad alimentada por nuestras propias ideas y pensamientos. Puede ser errónea o acertada, ¿cómo saberlo?. Igual que no podemos dejar de interpretar la realidad y conferirle un sentido único para nosotros, tampoco debemos autoconvencernos de que ése sentido único para nosotros sea el mismo para los demás.
Cuántas veces en nuestra vida, en relación a alguna idea, al cabo de un tiempo la hemos modificado, sorprendiéndonos de hacerlo. E incluso nos hemos dado cuenta de que aquel amigo o aquella persona estaban en lo cierto y nosotros no.... Sí. No vemos las cosas tal como son, si no tal como somos.
Con todo esto, no hemos de dudar de nosotros mismos; ver las cosas tal como somos nos da seguridad. La cuestión no es dejar de verlas como somos, la cuestión es compartirlas y estar abiertos a modificar esa visión si es necesario.

Si no vas, no has ido

Y cuando digo esto, me refiero a dar el paso. No basta con pensarlo. Hay que lanzarse. Puedes teorizar sobre lo que harías y cómo lo harías...pero sólo puedes hablar de ello de verdad, cuando lo has intentado.

Leí este artículo dedicado a la tarea comercial y lo trasladé al terreno personal.

Quién no ha pensado alguna vez en hacer o decir algo y finalmente ni lo ha hecho, ni lo ha dicho. La popular frase "si hay que ir se va", tiene en el fondo el mismo significado que la que encabeza este blog.

Podemos quedarnos con el pensamiento o pasar a la acción....y pasando a la acción abrimos la puerta de las posibilidades, nos capacitamos para elegir. Y en la vida, elegir o no elegir es una elección. Como arriesgarse o no hacerlo. Yo apuesto por el riesgo, sede de las grandes alegrías y de las grandes tristezas. Prefiero mil veces sentirme triste por haberlo intentado, que por no haberlo hecho.