Estos últimos años cada vez que me siento a escribir me quedo en blanco. No sé qué contar, aunque hay mucho que se remueve por dentro. De política ahora mismo no sabría por dónde empezar. El panorama autonómico y estatal no ha mejorado. Rozamos la independencia en Catalunya, y aunque estamos en el camino se aventura más largo de lo soñado. El estado se echó sobre la gente con palos y ha castigado a los líderes que intentaron escuchar al pueblo y hacer efectivo el mandato recibido. Mandó a prisión a todos los líderes políticos que, sin violencia alguna, pusieron en jaque el sistema y que dejaron en evidencia la supuesta democracia española. Los que no están en prisión, están exiliados. Admiro que hayan arriesgado su modo de vida por cambiar las cosas. Y repudio el sistema arcaico en que el estado quiere seguir estando. Por eso, ya nunca sentiré igual, por eso ya nunca me conformaré con lo que me sirven. Me molesta que los partidos independentistas que parecían ir de la mano a pesar de ser aparentemente opuestos, también se hayan tirado los trastos por encima. Pero en el fondo lo entiendo. Se jugaban mucho y en un escenario de estado como el que nos pintan, volver a arriesgar lo que los líderes anteriores han arriesgado tampoco es efectivo.
Entretanto a nivel de estado sigue evolucionando el eterno show a lo sálvame de luxe. Donde el juego está en ver quién dice la mayor estupidez y quien redunda en no decir nada. Y así despierta la España rancia en contra de Catalunya. Y así se sigue dando vueltas como una peonza, los políticos viven de la política y se aseguran su vejez, y el resto seguimos girando y tratando de vivir la única vida que tendremos con los medios que tenemos. Pero eso sí, siendo felices si nos dejan.Así que no descubro nada nuevo años después de escribir algo sobre política, todo sigue igual o peor y francamente ahora me apetece vivir haciendo la vista gorda.
De otros temas, puedo decir que ha sido unos años de mucho aprendizaje. A nivel laboral he vivido con intensidad situaciones que sin ser irreparables me han curtido. Siempre con la esperanza de que lo mejor estaba por venir, he mantenido la entereza y la lucha, discreta, sincera y profesional. Y he comprobado que eso no da mejores resultados que la lucha ruidosa, que pone en jaque los sistemas. Me he visto en el dilema de tomar un camino u otro , y fiel a mis principios me he mantenido en el discreto. He intentado hacer las cosas de manera distinta, aprovechando el aprendizaje, y sin embargo tampoco ha sido suficiente. Han tenido que responder las personas más cercanas, las de verdad y gracias a ellos he vuelto donde quería estar. Nada es por casualidad, también lo creo. Y he decidido hacer un camino que también me pone en el punto de mira en ocasiones en las que querría no tener que estar en primera línea. Pero va con las cartas que decides jugar. Confío que lo bueno que está por llegar , llegue algún día y pueda descansar de esta presión que a veces sigo teniendo seguramente de manera autoimpuesta. Es mi objetivo pero no tengo prisa, para qué tenerla si así he funcionado estos 20 años y no me ha ido tan mal. Cuando digo lo bueno que está por llegar, lo digo sintiendo sinceramente que lo bueno ya lo estoy viviendo, porque a pesar de todo me siento afortunada, reconocida, fuerte y acompañada. Eso es un tesoro.
Nunca dejamos de aprender, si queremos. Para mi, estar donde estoy supone un reto en el que además sigo queriendo aprender aunque parezca que nunca es suficiente. Lo escribo y pienso, suspirando un poco, que en realidad nunca lo es. Agradezco a quien ha estado cerca , porque es por ellos que he Vuelto, pero también soy consciente de que sin aquellos menos visibles y que más difícil me lo han puesto tampoco estaría aquí.
Así que en realidad este escrito, es sólo la vuelta. A partir de ahora, voy a escribir más asiduamente, y a compartir de nuevo, emociones, impresiones, sentimientos, pero siempre desde el ánimo de compartir para crecer, para seguir aprendiendo. Porque quien está abierto a escuchar, evoluciona y crece. Nos vemos pronto.